En primavera, tus plantas de interior se despiertan. Después de un invierno de descanso, es como si se pusieran en modo "a toda máquina", listas para crecer, echar hojas nuevas y, con suerte para algunas, florecer. Por eso, cómo las riegas en esta época es más importante que nunca. En este artículo te voy a contar sobre dos maneras de hacerlo, y por qué una de ellas es casi mágica.
El Riego por Inmersión: Un Baño de Spa para tus Plantas
Imagínate que tus plantas se meten a una bañera. Eso es el riego por inmersión. En lugar de echarles agua por encima, pones la maceta en un recipiente con agua y dejas que ellas, tranquilamente, beban lo que necesitan.
Lo bueno en primavera:
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Se hidratan por completo: El agua sube por los agujeros de la maceta y empapa todo el sustrato de forma uniforme. Así, las raíces no se quedan con sed en ningún rincón.
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Raíces fuertes: Al buscar el agua desde abajo, las raíces se estiran y crecen más fuertes. Es como un mini-gimnasio para ellas.
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Adiós a la pudrición: Cuando las sacas del agua, el exceso de humedad gotea. Esto evita que las raíces se "ahoguen" y se pudran, un problema muy común si te pasas regando.
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Evitas hongos: Al no mojar las hojas, reduces el riesgo de que aparezcan hongos, que a tus plantas no les gustan nada.
Lo no tan bueno:
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Toma más tiempo: No es tan rápido como usar una regadera. Tienes que esperar unos 15 o 20 minutos para que la planta beba bien.
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Es un poco más de trabajo: Si tienes muchas plantas, puede ser un poco pesado ir bañando a una por una.
El Riego por Encima del Sustrato: El Método de Siempre
Este es el riego clásico, el que seguro conoces: simplemente echas agua con una regadera sobre la tierra hasta que ves que sale por abajo.
Lo bueno en primavera:
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Es rápido y fácil: No hay misterio, ni necesitas otro recipiente. Ideal si no tienes mucho tiempo.
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Limpia la tierra: Al regar desde arriba, arrastras el exceso de sales y minerales que se acumulan en el sustrato, lo cual es bueno.
Lo no tan bueno:
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Hidratación a medias: Si la tierra está muy seca, a veces el agua se va por los lados y la parte del centro se queda sin hidratar. Esto es un problema cuando la planta necesita mucha agua para crecer.
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Riesgo de hongos: Si mojas las hojas o el tallo, puedes crear el ambiente perfecto para que aparezcan hongos, sobre todo con el calor de la primavera.
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Puede compactar la tierra: El chorro de agua puede apelmazar la superficie, haciendo que a la larga al agua le cueste más penetrar.
Entonces, ¿Cuál es el mejor?
Para la mayoría de las plantas de interior, especialmente en primavera, el riego por inmersión es como un superpoder. Asegura una hidratación completa, fortalece a tu planta y previene muchos de los problemas que el método tradicional puede causar.
Mi consejo: usa el riego por inmersión en primavera para darles a tus plantas el mejor empujón posible. Y si un día andas con prisa, el riego de siempre no es un problema, solo asegúrate de que el agua realmente llegue a toda la tierra. ¡Tus plantas te lo agradecerán!
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